Renata.
Respiré profundamente, contando hasta diez en mi mente. No quería alterar a las niñas, no quería que vieran lo preocupada y enojada que estaba.
Me obligué a sonreír, mientras trataba de calmar mi respiración y salía con las niñas una de cada mano. No quería que se preocuparan más de lo que ya estaban. Pero por dentro, una tormenta se agitaba en mi pecho.
No sabía que Valeria y Lucía me estaban espiando desde la puerta de la dirección cuando discutía con mi jefe. Si lo hubiera sabido, jamás habría reaccionado de esa manera y no habría dado semejante espectáculo. ¡Por Dios, si hasta abofeteé al director! Pensé con horror.
Pero ya era tarde para lamentarme. No podía cambiar lo ocurrido.
Me habían despedido. Bueno no, yo había renunciado, y lo hice sin pensarlo dos veces.
Mantuve m……
Waiting for the first comment……
Please log in to leave a comment.