Mi cabeza dolía, no había tenido una reacción alérgica tan fuerte desde que era niña, papá me habría regalado un chocolate decorado con pistachos, en ese momento ni el ni yo teníamos idea que el pistacho podría causar eso, me desmaye y por poco muero por lo que mi garganta se cerró.
Al abrir los ojos aún me encuentro en el kiosco, el techo de este estaba decorado con una enredadera llena de bellas flores, al voltear la cabeza, puedo ver a un Samuel angustiado y a una mujer que no conozco, la mujer me sonríe y Samuel se queda estático, como en shock, aún estoy analizando que paso, recuerdo el postre, una bella pannacota decorada con una capa de macha, rayos, por el sabor de la Macha no me di cuenta de los pistachos y probablemente comí más de los que abre comido jamás, mi garganta aún duele, estoy tendida en el suelo y la mujer me acerca una botella con agua.
— Toma, espero que estés mejor, tu semblante era preocupante, unos minutos más y te habría llevado a un hospital. — la pregunta era por qué no lo habían hecho, mientras que mi cabeza se llenaba de incógnitas, bebía de mi agua, Samuel seguía en su lugar no dice nada solo se le ve pálido como si hubiera sido el el que estaba enfermo y no yo. — tenía la intención de llamar a emergencias pero él me dijo que tenías una inyección en la bolsa así que preferí inyectarla, por cierto mi nombre es Karina, soy enfermera pasaba cerca de aquí cuando tú novio gritaba por ayuda. — novio, ciertamente estábamos teniendo una cita pero eso no aseguraba que fuéramos algo por ahora, pero que él gritara en mi ayuda y que ella me ayudara me hace entender que no estaba tan mal como me sentía. Además siempre tenía la precaución de tener mi medicamento en mi bolsa por si sucedía algo como lo que acababa de pasar, pase el trago de agua y mi garganta se sentía mejor sabía que el dolor de cabeza no se iría hasta después que tomara una siesta y lo mejor sería que fuera pronto o tendría una severa migraña.
—¿ ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? — fue lo único coherente que pude pronunciar.
— no mucho alrededor de 15 minutos, ¿me puedes decir que te causa esa reacción tan fuerte?
— soy muy alérgica a los pistachos, no sabía que lo contenían, no sentí su sabor, debí decirlo antes — la última frase la digo mirando a Samuel quien estaba recuperando su color pero en su cara su expresión se veía un poco de arrepentimiento, creo.
— perdona Malena di por sentado que no habría problema con lo que comieras pero no pensé que esto te pudiera pasar — el pesar en su voz hace ver qué se preocupo demasiado— prometo que antes de planear algo preguntaré por tus preferencias.
La mujer quien estaba a mi lado, lo veía pero su expresión no era de comprensión sino que en su rostro se podría hallar un toque de ira o celos, apretando los puños se dirigió nuevamente a mi, ya no con una voz dulce sino con un tono más fuerte del que creo quería utilizar.
— creo que ya no soy necesaria, toma las cosas con calma y ten cuidado de lo que haces, hoy estás bien después no se sabe — no se por que sus palabras parecía que tenía doble intención, pero fue claro para mí que mi acompañante no le agradaba, por lo que no se despidió de él, se marchó dejándonos a Samuel y a mi solos de nuevo, él me ayudó a levantarme y con cuidado me sentó en el asiento que antes ocupaba, tocó mi brazo y pude sentir un dolor fuerte.
— Perdóname, Male, creo que te duele porque caíste de ese lado no reaccione a tiempo para evitar una contusión, estoy seguro que te saldrá un moretón, ¿me disculpas?
— no tengo nada que disculparte, las personas reaccionan diferente en estos casos por lo que veo a ti te dejo en shock.
— si, grite para pedir ayuda pero francamente no sabia que hacer, no soy bueno con este tipo de situaciones, pero para la próxima espero poder ser más de ayuda la enfermera me explicó muchas cosas.
— gracias, mi padre siempre tenía miedo que comiera afuera debido a lo que pasó cuando descubrimos que era alérgica, casi muero pero por eso tengo la precaución de la inyección, tranquilo suele suceder y para que no te preocupes más esa es la única cosa a la cual soy alérgica así que no te preocupes puedes seguir programando cenas para nosotros, pero sin pistachos a la próxima — guiño el ojo para que se alegre un poco y funciona suelta una risita suave pero que alegra el alma.
— la señorita todavía quiere salir conmigo, después de lo que pasó, creo que los pistachos también afectan tu cabeza.
Bromeamos un poco más la velada mejoro un poco, se nos pasó el tiempo charlando de todo un poco, a pesar de la mala pasada no fue una cita desastrosa, me hizo olvidarme de Max por un momento, cuando lo recordé en una anécdota que le contaba el noto mi cara de tristeza.
— que pasa bonita, parece que hablar de tu amigo duele, puedo saber ¿ por qué ?
— mi amigo no quiere saber de mi, eligió a su novia antes que a mí, y aunque entiendo, no entra en mi sistema lo poco que valoro nuestra amistad y lo poco que al final me conocía, para decidir por terminar nuestra amistad, pero bueno ya lo superare — digo para no alargar la conversación— disculpa será que puedes llevarme a mi casa, creo que el dolor de cabeza va a intensificarse dentro de pronto y me temo que no pueda hacer nada más.
— disculpa cariño, no pensé en los efectos de ti desmayo, que inconsciente, vamos.
Íbamos caminando por el sendero para ir a el carro, lo tenía agarrado del brazo, cuando llegaron veo aún Andre molesto a lo lejos, pero al contrario de lo que pensé no se acerca solo me mira mal y se aleja dándome la espalda.
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