—¡Mami, arriba! —el niño lindo sonrió a su madre.
Elisa miró al lindo niño y lo cargó en sus brazos. Observó su rostro y se preguntó cómo había obtenido el color de sus ojos. Cualquier otra característica vino de otra persona alguien que ella no quiere hablar.
—Mi bebé Oliver —susurró ella, besando sus mejillas regordetas—. ¿Pensé que ya eras un niño grande?
Sacudió la cabeza.
—¡Soy el bebé de mamá para siempre! —él exclamó.
—Ese eres tú —le pellizcó la mejilla.
—¿Está despierto el pequeño bribón? —Cameron preguntó mientras salía de su habitación completamente vestido.
Oliver le sonrió con alegría.
—¡Buenos días, tío Cameron!
—Buenos días, Oliver —sonrió caminando hacia su hermana para mostrar su corbata deshecha.
Elisa negó con la cabeza y ayudó ponerse la……
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