Capítulo: El Lamento
La casa de Mónica Sáenz se sentía distinta esa mañana. Más silenciosa. Más pesada. Como si cada rincón supiera que era la última vez que ellas caminarían por ese suelo. El aire olía a lavanda, a tierra húmeda, a café recién hecho... pero también a despedida. Una despedida que se aferraba a los muros como una sombra.
Eleonor estaba en el corredor, cámara en mano, con los dedos fríos. Los ojos se le llenaban de una melancolía agria mientras enfocaba la lente hacia el sillón viejo, las flores del jardín, el marco roto de una foto de Sandra que aún colgaba torcido en la pared. Disparó una, dos, cinco veces. Necesitaba recordar cada detalle, cada grieta, cada señal del tiempo detenido en ese hogar. Porque una parte de ella presentía que nunca volvería.
Nunca volvería a ese pas……
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