Lucía
No, no hay nada mejor
Que probar un primer beso, y más de ti
Veo tantos colores y todos mis sentidos
Estallarán de tanto amarte ¿Cómo se puede sentir
Tantas cosas en tan poco tiempo, y no morir?
Tú puedes hacer un gran nido en mi universo
Puedes hacer lo que quieras conmigo
Amor completo, Mon Laferte
Roma, mayo 2022
El beso de Fabio me hizo sentir cosas que no quiero sentir, que no estoy dispuesta a enfrentar a esta altura de mi vida.
Soy una mujer de 35 años, no puedo derretirme como una virgen con un simple roce de sus labios.
Sin darle oportunidad a que diga nada, me encerré en el baño esperando a que mis pulsaciones volvieran a la normalidad, abrí la ducha para simular que me estaba bañando y que no sea tan evidente que estaba escapando del efecto que siempre tuvo en mí.
Al cabo de un rato, escuché la puerta cerrarse, y volví a la habitación. Me senté en la cama, chequeé si Jessica estaba en línea y le mandé un mensaje.
Yo: ¿Amiga????!! estás? ¿Te puedo llamar?
Jessy: ¡Hola Lu! sí, dale. Llamame.
Rápidamente di inicio a una video llamada. Jessica es mi amiga, mi cómplice, mi hermana de la vida, la que recogió los pedazos que quedaron de mi después de cada separación. Está casada con el mejor amigo de Fabio, Juan Manuel, su antiguo compañero de departamento.
—Hola Luchita ¿Cómo va todo por Roma? ¿Qué tal el hotel? ¿Cómo está Mateo? — Jessy respondió el teléfono con una catarata de preguntas.
—Respirá un poco loca. ¿Por dónde querés que empiece? —contesté poniendo los ojos en blanco en respuesta a su efusividad.
—Por el principio sería lo ideal—replicó entre risas.
—Hace un calor de locos. El hotel no tenía mi reserva registrada. Mateo suspendió la ponencia— comencé a enumerar la lista de peripecias que tuve desde mi llegada.
—¿y dónde vas a dormir? —inquirió Jessica.
—Es una historia complicada— dije tomando aire para empezar mi relato— resulta que Mateo está enfermo y le pidió a su mano derecha que haga la ponencia. Ergo...—.
—¿TE VAS A VER CON FABIO, LUCÍA ANAHÍ CONTI? —preguntó mi amiga gritando.
—Ya nos vimos Jessica YOLANDA—respondí, usando un viejo apodo de nuestros años de estudiantes.
—Bancame un cachito— contestó y la veo mirar hacia un costado
—JUAAAAANNNNN vos sabías que Fabio va a participar de la conferencia a la que fue Lu? —llamó a los gritos a su marido.
En pantalla apareció Juan, saludando con la mano.
—Hola Luchi. ¿Cómo estás? — mira a su mujer. —Algo me había comentado la última vez que hablamos— contestó tratando de evadir nuestra andanada de preguntas por venir.
—Y no se te ocurrió decirme nada? — respondió Jessica— ¡Yo te voy a matar! —.
En ese momento se escuchó un sonido y Juan miró su teléfono, excusándose porque tenía que atender la llamada.
—Ok, Ok, calma. Que no panda el cúnico. ¿Qué pasó cuando se vieron? —indagó mi amiga ansiosa por saber todo.
—¡ay amicha! — me lamenté suspirando — ¿viste que te dije que no tengo reserva en el hotel? — continué mi relato viéndola asentir con la cabeza — en el preciso momento en que estaba discutiendo con la tana de recepción, como salido de la nada, apareció cual caballero andante a mi rescate, ofreciéndome la suite que le asignaron para la conferencia.
— Luchita. ¿Vas a dormir con él? — me interrogó— ¡Ay mi madre! Esperá que me sirvo un whisky porque esto me está estresando.
—No Jessica, no voy a dormir con él. Voy a dormir en SU cuarto. Fabio salió hace un rato— contesté fastidiada.
— ¿A dónde fue? —.
—Yo que carajos sé. Salió, no lo vi porque me metí en el baño para evitarlo.
—¿Te escondiste? ¿Por qué?
—Por qué se puso rara la cosa y verlo recién salido de la ducha no les hace bien a mis hormonas dormidas— me sinceré con ella.
—Bueno, tómatelo con calma. Tal vez este reencuentro sea lo que ambos necesitan para poder resolver su historia de una vez por todas— afirmó pensativa.
—Esa historia está cerrada y archivada, Jess— respondí intentando lucir más segura de lo que me sentía.
-Lucía, ni vos crees en esas palabras. A mí no me chamuyes con eso— insistió.
-Bueno basta. No quiero hablar más de eso. ¿Y mi ahijado cómo está? — dije intentando cambiar el tema que me incomodaba.
Pasamos un rato más con anécdotas de mi sobrino Santino que pronto cumpliría 6 años y nos despedimos con la promesa de que si pasaba algo nos mandamos un mensaje.
Me di una ducha, me envolví en una bata mullida y perfumada del hotel y me acosté para intentar dormir. Se hicieron las dos de la mañana y no lograba conciliar el sueño, supuse que sería el jet lag, no quería creer que después de tantos años mi estúpido corazón siguiera latiendo acelerado en presencia del Fabio o que estuviera preocupada por dónde y con quien estaría durmiendo esa noche. Hacía diez años que nos habíamos separado, diez años durante los cuales nos habíamos vuelto a ver dos veces y ambas me habían dejado destrozada. Pero basta una media sonrisa suya y mis rodillas tiemblan como si aún fuera esa idiota que se enamoró perdidamente de él a los 20 años.
Me levanté para ir al baño y vi sobre el mini bar una botella de un whisky escoces súper exclusivo, su preferido por supuesto. Agarré un vaso y me serví una medida para ver si así lograba conciliar el sueño.
Pero mi mente traidora no puede evitar pensar donde y con quien estará durmiendo esta noche. Nunca le fue muy difícil conseguir mujeres dispuestas a irse a la cama con él. Aun a sus 40 años y viendo la reacción de la recepcionista esta tarde, no me caben dudas de que ese poder sigue intacto, solo espero poder tener la fuerza para no volver a dejarme llevar por la pasión que nos unió, desde que nos conocimos.
Desbloqueé mi celular, y miro la fecha, 15 de mayo. Para muchas personas eso no significaba nada, pero yo tengo un defecto, una memoria prodigiosa y recuerdo las cosas con pelos y señales, así que sé muy bien qué día es hoy. hace exactamente 15 años estuvimos juntos por primera vez y todo comenzó a irse al carajo.
Waiting for the first comment……
Please log in to leave a comment.