Cuando Sofía abrió los ojos, su boca se abrió en una expresión de asombro. Frente a ella, brillando bajo la luz del garaje, estaba un hermoso auto deportivo color rojo.
—¡Oh, por Dios! —exclamó Sofía, llevándose las manos a la boca—. ¿Es... es para mí?
Danilo asintió, su rostro iluminado por una sonrisa de orgullo y amor.
—Así es, mi niña. Es todo tuyo. Sé que has estado trabajando muy duro y que se te hace difícil movilizarte, mereces tener tu propio auto.
—No, papá, no puedo aceptar eso, es demasiado. Yo puedo comprarme uno usado…
Él la interrumpió.
—Nunca has sido una chica interesada y siempre has estado allí, dándome todo su cariño, y sabes cuánto te amo, no podía amarte más ni aunque fueras mi hija de sangre, tú y tu madre, vinieron a complementar mi felicidad —dijo conmovido y ……
Waiting for the first comment……
Please log in to leave a comment.