Marcus:
Intenté ser amigable con ella, hablarle, bromear, hasta le ofrecí un puesto en mi empresa, pero nada parecía cambiarle el ánimo. Sienna, seguía enojada conmigo. Vi su incomodidad durante toda la cena.
Suspire irritado y me pase una mano por el rostro. Sumado a esto, Susana me invito a quedarme y creo que solo lo empeore más.
Desvié mi mirada y observé a mi prometida. Ella permanecía a mi lado, ya dormida, por supuesto. Su rostro estaba apoyado en mi pecho y su mano descansaba igualmente en el mismo lugar.
No tuve más remedio que dormir en la cama, Susana no me permitió quedarme en el sofá de la sala y como negarme, lo haría todo más extraño.
Aunque lo más extraño de todo, era que no dormíamos semidesn*dos como otras parejas. Yo aún usaba mi ropa de tr……
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