En ese instante, Pedro se vuelve a montar en su caballo y les ordena a sus trabajadores, marchar hasta la embarcación…
Fabián alcanza a ver a Janet y a Alejandro escoltando unos carruajes. Y se va detrás de ellos sin que se den cuenta.
En ese momento, Alejandro ve a Janet tocando su espada en repetidas ocasiones, y le dice:
— Sostente bien de ese caballo, no quiero que te vayas a caer por estar pendiente a tu espada.
— ¿Eso fue una lección de como montar a caballo?
— Fue una precaución.
— Deja de estar preocupado por mí y presta atención adelante, Pedro nos necesita despierto.
— Recuerda esto Janet, nosotros somos socios y no militares al servicio de Pedro.
Janet se acerca al caballo de Alejandro, y le dice:
— ¿Qué quieres decir con eso?
— Quiero decir que Pedro pudo decirles a algunos amigos que tiene en el ejército. Para tener más seguridad, pero no lo hizo.
— Ya veo…
Quince minutos después, Pedro y su comitiva están cerca de llegar a la playa a donde está el barco Alzamora. Cuando son emboscados por más de diez hombres a caballos, quienes aprovechan la confusión de todos. Y atacan a Pedro. Haciéndolo caer de su caballo.
Alejandro le dice a Janet:
— ¡Quédate aquí!
— ¡No! Yo voy contigo.
Pedro se levanta y saca su espada, diciendo:
— Si quieren mi mercancía tendrán que matarme.
En seguida, Alejandro y Janet van a luchar junto a Pedro, pero otro hombre s le tira al caballo de Janet. Y la hace caer.
En ese instante, Alejandro es capturado por tres hombres. Que lo bajan del caballo y lo golpean hasta dejarlo tendido en el suelo.
Pedro también recibe una golpiza y queda sin conocimiento tendido en el suelo.
Con una herida superficial en su estómago, Janet trata de levantarse. Cuando el sujeto que la tiro, le dice:
— Mujer, quédate ahí, si te levantas de seguro te matare a ti y todos los que te acompañan.
Los trabajadores de Pedro quedan petrificados al ver lo que está pasando. Cuando Jaime les dice a todos sus hombres:
— Bajen a todos los que están en los carruajes. Y llévense toda la mercancía a donde acordamos.
De inmediato, los trabajadores de Pedro no ponen resistencia y se bajan del carruaje. Y salen todos corriendo de ese lugar.
En ese instante, el sujeto que está cerca de Janet se dispone a irse. Cuando alguien se pone en su espalda y toca su hombro derecho.
En ese momento, el sujeto se da vuelta y recibe un tremendo puñetazo de parte de Fabián. Que lo manda a estrellarse a una puerta de una casa.
Fabián se acerca a donde está el sujeto, quien quedo sin movimiento después de ese golpe, y le dice:
— Para que no vuelvas abusar de una mujer.
En ese instante, Janet le dice a Fabián:
— ¿Qué haces aquí?
En seguida, los ladrones se llevan toda la mercancía. Cuando Fabián se agacha para socorrer a Janet y mira la pequeña cortada que tiene en su estómago, y le dice:
— ¡Estas herida!
— Yo voy a estar bien, ve y mira como esta Pedro y Alejandro, mientras yo me repongo.
Fabián no le hace caso a Janet, y le expresa:
— Te quiero demasiado para dejarte aquí sola. Te voy a llevar a un médico, no estas bien.
— Hazme caso Fabián, no te preocupes por mí.
De inmediato, Fabián le quita la mano derecha del estómago de Janet. Y alcanza a ver algo que nunca en su vida había visto. Y queda estupefacto.
Janet se tapa de nuevo la parte donde estaba la herida. Cuando Fabian le dice:
— ¿Yo vi mal o la herida que tenías en el estómago se cerró sola?
Janet presiona su mano derecha fuertemente en su estómago y se levanta. Expresándole a Fabián:
— Te estoy diciendo que no tengo nada.
— No, yo sé lo que vi.
— Bueno, piensa lo que quieras, pero ayúdame con los demás.
En ese instante, Janet va rápidamente a socorrer a Alejandro, quien se despierta y le dice a Janet:
— Esos desgraciados casi me matan… ¿qué paso con Pedro?
— Ya lo voy a ver…
Fabián toca el cuello del ladrón que golpeo. Y al cerciorarse que está vivo, dice:
— Vas a tener que dar muchas explicaciones.
Janet ayuda a levantar a Pedro, quien dice al verlo sucedido:
— Esto no puede ser, ¡me han arruinado!
Janet le dice a Pedro:
— Pero aún sigue con vida y eso es lo importante, lo demás se puede recuperar.
— ¿Cómo?... Si esos sujetos se lo llevaron todo, ¿cómo voy a recuperarme?
Alejandro le dice a Pedro:
— Esa gente no esta tan lejos, montémonos en los caballos y busquémoslo.
Fabián les dice a Todos:
— Lo que hay que hacer es devolvernos e informarle de esto al comandante. Para que el propio ejército los busque.
Alejandro se da vuelta, y le dice a Fabián:
— ¿Y tú qué haces aquí?
Janet le dice a Alejandro:
— Deja tranquilo a Fabián, fue el quien golpeo a ese que esta allá tirado.
Alejandro le dice a Janet:
— Yo no confió en ese.
Fabián le responde a Alejandro:
— ¿Qué insinúas?
Janet se pone en el medio de los dos, y les dice:
— No vayan a empezar, cálmense y miren como esta Pedro… si ustedes no se controlan ahora, yo misma, escúchenme bien, yo misma los voy a golpear hasta que entren en razón.
En ese instante, Alejandro ve algo de sangre en el vestido de Janet, y le expresa:
— ¿Estas herida?
Janet mira a Fabián y luego le contesta a Alejandro:
— No, esta sangre es de otra persona.
En seguida, Fabián piensa:
“Eso fue lo más extraño que he visto, tengo que buscar la manera de saber que paso con esa herida”
En ese instante, Pedro seca sus lágrimas de impotencia y recoge su espada. Y sintiendo una gran ira, les dice a todos:
— Vamos a buscar a los militares…
En el barco Alzamora, el capitán a impacientarse un poco y camina de un lado al otro lado, al ver que Pedro ni siquiera se asoma, y dice:
— ¿Qué se ha hecho este sujeto?...
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