Después de la intervención de Guillermo, todos se calman y terminan de cenar en paz.
Luego de despedir a todos, Janet se va a costar. Cuando Alfonso toca su espalda, y le dice:
— ¿Ya estas cansada?
— Si.
— Pues yo no.
De inmediato, Alfonso le quita el vestido a Janet y le hace el amor. Cuando Janet se acuerda del verdadero Joaquín, quien le hacia el amor como ningún otro en aquellos tiempos.
Después de hacer el amor, Janet le dice a Alfonso:
— ¿Ahora si me vas a contar que dice la carta que mandaron esta mañana?
Alfonso se queda pensando en ello y luego mira a Janet, y le expresa:
— No dice nada de importancia, solo son cosas de una mercancía que va a llegar a este pueblo.
Janet se sienta en la cama, y le dice a Alfonso:
— No hay ninguna mercancía que llega, en la carta te están amenazando.
Alfonso se enoja con Janet, y le dice:
— Eso es una falta de respeto, no puedes leer las cartas de otras personas, así sean mías.
— Joaquín, ¿dime quien es Jose Luis Duque de León?
Alfonso separa de la cama y camina de un lado para el otro, y luego le confiesa a Janet:
— Me he metido en graves problemas con ese hombre. Y todo fue por ambición… estoy arrepentido.
— ¿Qué tipos de problemas Joaquín?
— Hay otra cosa que no te he dicho.
— ¿Qué?... habla de una buena vez.
— En ese tiempo cuando intentaron matarte en Pedraza, y que lograste salir de allá, el gobernador se adjudicó todas esas tierras. Y me toco buscar alianzas con personas muy influyentes, para que me ayudaran a quitarle las tierras al gobernador.
— Déjame adivinar Joaquín, ¿entre esas personas esta Jose Luis Duque?
— Si, el me ayudo a quitarle las tierras al gobernado.
— ¿Por qué te está amenazando, no se supone que es tu amigo?
— Él no es amigo de nadie, se aprovechó de la disputa que yo tenía con el gobernador, para decirme; que si yo le daba la mitad de todas las tierras, él se encargará personalmente del gobernador… y así lo hiso.
Janet comienza a enojarse, y le dice a Alfonso:
— Sigue Joaquín, ¿qué más paso?
— Recuperé las tierras y luego hice trato con un alto militar de Sevilla, para encarcelar a Jose Luis.
Janet pone su mano derecha en su rostro, y le dice a Alfonso:
— ¿Por qué un militar de Sevilla?
— Porque conocí a ese militar en uno de los viajes familiares a Sevilla, mi madre Raquel y mi padre Selenio, eran muy amigos del… para resumirte todo, yo hice encerrar a Jose Luis. Para no darle la mitad de las tierras que eran mías.
— Error, gran error… esas tierras son de mi familia y de nadie más, ahora que me has dicho esto… ahora si tengo muchas ganas de volver a Pedraza.
Alfonso se sienta en la cama, y le expresa a Janet:
— Las tierras también son mías, yo soy tu esposo… pero no vamos a discutir por eso, porque por fin aceptaste ir a Pedraza.
Janet se vuelve acordar de la muerte de sus padres, de cómo la gente se ensaño con ella y que terminaron ahorcándola, y de nuevo se le aparece el rostro de Joaquín, una y otra vez, carcomiéndole el cerebro.
Alfonso mira a Janet que está muy extraña, y le dice:
— Yo se que estas totalmente enojada conmigo, pero todo lo hice para proteger tus bienes, yo he peleado por esas tierras sin que tú te dieras cuenta… Janet, dime algo.
Janet reacciona y le dice a Alfonso:
— Organicemos todo, mañana viajaremos a Pedraza.
En la mañana siguiente, Janet asiste al salón de clase. Y al saludar a todos los niños, saca a Sara del Salón, y le dice:
— Me voy a Pedraza.
— Porque te dejaste convencer de Alfonso, me vas hacer mucha falta aquí, los niños te van a extrañar.
— Lo sé, pero es inevitable no volver, tengo que resolver algo.
— Oh, Janet, ya me había acostumbrado a que vinieras ayudarme.
— No te preocupes Sara, tarde o temprano vas a ir tú también a Pedraza.
Sara le responde:
— No, mi lugar está aquí en Matabuena… te enviare cartas, y espero que me las regreses.
— Claro…
En ese momento, Janet se despide de Sara y luego de los niños, y se va a la casa a seguir preparando el viaje con Alfonso.
Minutos después, Alfonso le deja encargada la casa a Leonor, y junto a Janet y a Cesar, se van rápidamente a Pedraza.
Sara no alcanza el carruaje de Alfonso y llega a la casa, y le dice a Leonor:
— ¿Usted sabe cuál fue el motivo de la ida tan apresurada de mi primo?
— No lo sé, pero el me dejo encargada de la casa, junto con usted claro está.
— Si, tranquila que yo no voy a dejarla sola.
Una hora después, Iglesia de San Andrés - Matabuena, Sara entra a la Iglesia y encuentra a su prima Flora rezando. Y la interrumpe diciéndole:
— Flora, Alfonso se fue de la casa.
— ¡Calla Sara!, no vez que estoy rezando.
— Si, si, perdona, solo te estaba buscando para decirte eso. Me parece muy extraño que el saliera así, prácticamente se va corriendo de este pueblo, y se llevó a Janet.
— Eso es lo que te tiene así, ¿la falta de Janet?... Alfonso es su esposo, a donde él vaya ella tiene que ir también, yo sabía que algún día esto iba a pasar y que a ti te iba hacer falta esa mujer.
— No te voy a negar eso Flora, Janet y yo nos hemos vuelto muy buenas amigas con el tiempo.
— Pues vete buscando otra… a mí nunca me ha agradado Janet, no se, siento que esconde algo y algo muy grande.
— Deja de sembrar cizañas Flora, Janet es una buena mujer.
— ¿Ya terminaste Sara?
— Si.
— Entonces, vete y déjame seguir rezando.
Ante la mirada de tres mujeres que también estaban orando, Sara deja a su prima y se va de la Iglesia.
En el camino hacia Pedraza, Cesar conduce el carruaje, y le dice a Alfonso:
— Señor, ¿cuál va hacer mi deber a ya en Pedraza?
— Lo mismo que estabas haciendo en Matabuena, no te preocupes.
En seguida, Alfonso mira a su esposa, y le expresa:
— Estas muy callada.
— Como crees que este, estoy yendo a un infierno.
— No es lo que dices, ya verás cuando estes a ya, y notes por sí misma el cambio que ha tenido ese pueblo.
— Eso espero…
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