Miedo a volar
Un día de octubre, Eva se puso insoportable tras las habituales discusiones sobre la orden que debíamos mantener en casa, porque las advertencias se dirigían a ella principalmente.
Escuché sus palabrotas, amenizadas con frases en dialecto napolitano, en contraste con su discurso, que por lo general carecía de inflexión dialectal.
¿Serían las frecuentes radiaciones cósmicas, los campos magnéticos, las vibraciones o el ruido de los aviones lo que le provocaban esos cambios de humor?
Ludovica, mientras tanto, decidió reservar un masaje ayurvédico para tonificar los músculos, relajar el cuerpo y estimular la circulación en la esteticista india que había abierto un local en el vecindario, y me informó de que se pondría a dieta a partir del lunes porque Eva le había dicho que últimamen……
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