- Porque no me gusta , ¿verdad?
***
-Marco, deja de preguntar idioteces y atiende a la carretera, que nos chocamos.-espeto haciendo un gesto con la mano al frente.
-Ya ... Ya ...- bufa mi hermano con una media sonrisa.
-Eres idiota, ¿lo sabes, no? -Pregunto mirándolo con una ceja alzada.
-Un idiota que sabe ver las cosas.-responde riendo por lo bajo.
-Calla y conduce, anda.-espeto blanqueando los ojos.
(...)
-¡Oye! ¿¡Quién ha entrado!? - grita una voz femenina.
-¡Eso! ¡ Woody ! ¿¡Quién ha llegado!? - oigo exclamar a modo de pregunta a otra voz del mismo sexo que la anterior desde el piso de abajo.
Tras blanquear los ojos, dejando ver lo cansinas que parecen su madre y su hermana responde a gritos.
-¡Es Clara! -Exclama Manuel con tono cansado.
-¿¡Y por qué no bajais a que la salude!? - pregunta otra vez la mujer.
-¡Porque las traumatizas! ¿¡Alguna pregunta más!? - responde el gorila, haciendo que yo empiece a reír.
-¿¡Se lo has dicho ya!? - exclama una voz que me suena, dándome cuenta que es la de María.
-¿El qué? -Pregunto yo ahora al simio.
-¡Todavia no! ¡Callad un poco, por favor! -Grita Manuel a sus familiares dando por finalizada la conversación.
-¿Qué me tienes que decir? -Le pregunto entrecerrando los ojos.
-Agh, a ver, dos cosas, primera, mi madre quiere que vengas mañana a cenar porque quiere conocerte y todo eso.-bufa blanqueando los ojos.
-¿Tengo opción de decir que no? -Pregunto alzando una ceja.
-En realidad, no.-Responde riendo levemente.-No hagas ninguna broma en la cena, por favor.-pide poniendo pucheros falsos.
-Bueno, ya hablaremos de eso luego... ¿Por qué?-pregunto lo último alzando una ceja.
-Porque ya la liaste bastante en la boda, no quiero tener que volver a contarles y explicarles cualquier excusa para defenderte.-responde mirándome directamente a los ojos.
-¿Me tuviste que defender?-pregunto riendo.
Tras su afirmación, formulo otra pregunta.
-¿Qué dijiste?
-Que era una venganza por una broma que te hice.-responde apartando la vista para recolocar su postura en el suelo.
-Bien hecho, gorila, bien hecho.-digo riendo.
-¡No me llames gorila, j***r!-exclama no muy alto, como un niño pequeño.
-Tu me llamas preciosa, yo te llamo gorila.-respondo en tono zen conteniendo las carcajadas.
-Eso no es justo.-se queja de nuevo.
-Para mí si, así que ya está.-termino cambiando de postura, encogiendo las piernas y apoyando la barbilla en las rodillas.-Aparte de lo de la cena, ¿qué querías decirme?
-Ah, sí, necesito que espantes a una chica por mí.-responde con total tranquilidad.
-¿Perdona? Ni que fuese un espantapájaros.-bufo blanqueando los ojos.
-No, eres una espanta-acosadoras.-responde con una sonrisa torcida.
-¿Y qué te ha hecho para que la llames acosadora, si puede saberse?-pregunto alzando una ceja.
-Pues solamente petarme todas las r************* que tengo a mensajes y comentarios y seguirme un par de veces hasta mi casa.-responde él con tono que deja ver a kilómetros lo que le irrita esa chica.
-Joder... Y yo me quejaba de mi vecino...-digo por lo bajo mas bien para mí misma.
-Bueno, como dicen, la belleza tiene sus consecuencias-comienza haciendo un gesto que imita a una chica apartándose el pelo del hombro.-lo que no se es porque te acosan a ti.-dice lo último intentando contener las carcajadas.
-Calla que tu fuiste el que dijo que "mi rostro era bello".-bufo riendo.
-¿Me lo vas a recordar durante mucho tiempo?-pregunta blanqueando los ojos.
-Durante toda la vida.-respondo riendo.
-Mierda.
(...)
-¡Marco! ¿¡Donde está la pistola!?-pregunto desde lo alto de una escalera mirando entre las cajas del desván.
-¡En el garaje! ¿¡Por qué!?-responde él desde el piso de abajo.
-¡La necesito!-exclamo saliendo del desván con un poco de polvo en mi ropa por revolver cajas viejas.
-¿A quién vas a matar?-pregunta mirando su móvil con tono indiferente.
-Solo quiero amenazar.-respondo yendo en dirección al garaje para coger la Heckler & Koch USP de calibre 9mm.
Sí, era necesario poneros el nombre de la pistola.
Ya en el garaje, con el arma en las manos, descargada, obviamente, me voy hacia mi cuarto para guardarla en un cajón.
Así conseguiré que la chica esa deje de acosar a Manuel.
Hemos estado toda la tarde ideando un plan para asustarla y hacer que se aleje de él, y ya estaba terminado, aunque yo idee el noventa por ciento.
Solo os digo que no molestará a nadie nunca más.
Nunca.
Tras dejar en un cajón bien segura la pistola, bajo a cenar a saltos, como siempre, notando como mi estomago ruge de hambre y quiere ser saciado con una única cosa.
Comida.
Al terminar de cenar, como no, peleándome con el idiota de Marco para ver quien consigue subir antes por las escaleras y obviamente, consiguiendo la victoria, me dirijo a mi cuarto con una sonrisa triunfante para poder planear la broma para Manuel.
Me hizo prometerle que no le fastidiaría en la cena, pero eso no quiere decir que no le haga sufrir por hacerme quitar uno a uno cada papelito que pegó con cola en mi mesa y mi silla, perdiendo un par de horas de clase.
Su dignidad irá bajando por cada broma que sufra, señores.
¿Le gustan los motes y los apodos?
Le daremos motes y apodos.
Pensando en la venganza que será efectuada mañana, me voy a dormir con una sonrisa maléfica que cualquiera pensaría que me acabo de unir a un club satánico.
Pero no lo he hecho, eh.
No soy de esas.
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