CAÍDA TREINTA Y UNO
“Te dije que no te involucraras” dijo Patty con las manos en una pose de ‘No puedo malditamente creerte’ con las manos a ambos lados de la cara.
“Sí lo hiciste”.
“¡Acabo de decírtelo! Mis palabras exactas”.
Héctor aspiró “Sí”.
“¿Y qué hiciste?”
“Me involucré”.
“¡Te involucraste, coño! Genial”.
“Pickle, yo-”
“No me llames así”.
“Por qué no. Eres amarga y comible”.
Ella le apuntó con un dedo, enojada. “Eso no te va a ayudar en nada”.
Detuvieron el intercambio de palabras, ambos pensando en las consecuencias de lo que había pasado. Estaban en la Avenida Poseidón, recostados a un lado de la pick up, viendo el mar.
“Sabes que él es un hombre poderoso”.
“Ningún hombre poderoso se le tira encima a una mujer”.
Ella se le quedó viendo, entrecerrando los ojos.
“Sabes exactamente lo que quiero de……
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