CAPÍTULO XXIV
Henry Crawford había ya resuelto a la mañana siguiente pasar otra quincena en Mansfield; y en cuanto hubo mandado por sus monteros y escrito unas líneas de explicación a su almirante, diose la vuelta para mirar a su hermana mientras pegaba el sello en el sobre, y viendo que no había por allí ningún otro m*****o de la familia, dijo, sonriendo:
––¿Y cómo te figuras que pienso divertirme, Mary, los días que no vaya de caza? Empiezo a ser ya demasiado viejo para salir más de tres veces por semana; pero tengo un plan para los días intermedios. ¿Adivinas en qué consiste?
––En pasear conmigo a pie y a caballo, seguramente.
––No es esto exactamente, aunque me encantará hacer ambas cosas; pero eso sería ejercicio para el cuerpo nada más, y debo cuidar de mi espíritu. Además, eso sería ……
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