Después se miró a sí misma y llegó a la conclusión de que las dos estaban más o menos en el mismo estado.
Dejó las dos toallas fuera de la ducha y abrió la cabina. Entró y se volvió hacia Novak.
—¿A qué estás esperando? —la invitó con una sonrisa.
La noruega no se lo hizo repetir.
Contenta, entró y cerró la puerta. Maoko abrió el grifo para dejar salir el agua a une temperatura cálida pero tonificante, cubrió la esponja con gel y la pasó por todo el cuerpo de Novak, de la cabeza a los pies. La lavó bien y después le dio la esponja.
Sorprendida, Novak añadió más gel y lavó a su vez a Maoko, con la misma esponja, profundamente y con devoción, en adoración de ese cuerpo menudo y sensual. Estaba excitada otra vez, pero se controló. No se reconocía a sí misma en absoluto. Maoko la había hechizado, h……
Waiting for the first comment……
Please log in to leave a comment.